25 mar. 2008

Mario Garbarino

"projectos"en Montevideo y Punta
Bandeluz SA, la empresa que proyecta construir el mayor puerto de Punta del Este. Los integrantes de Bandeluz SA son básicamente Mario Garbarino, Antonio Marchesano, Jorge Fernández Baubeta y Fernando Barboni, todos con un pasado (y algunos un presente) vinculado a negocios con el Estado, algunos polémicos, otros inconclusos
Es contador público y licenciado en administración. En una época compartió su estudio contable con el ex presidente de ANTEL Ricardo Lombardo. No se trató sólo de una relación de negocios, porque la hermana de Lombardo, Graciela, es esposa de Garbarino. Su vínculo con el Partido Colorado ha sido, además de político, afectivo: Garbarino es también primo de la forista Milka Barbato, ex presidenta de la Corporación Nacional para el Desarrollo y ex vicepresidenta del Banco República.Garbarino es directivo de Punta Carretas Shopping y presidente de su comisión administradora. Además, es directivo en varios emprendimientos hoteleros: Sheraton Montevideo, Days Inn Grand Plaza, hotel Termas del Arapey, Days Inn Obelisco, hotel Barceló de Colonia y Columbia Palace Hotel. También trabajó como asesor financiero de varias empresas extranjeras y participó en la constitución y dirección de numerosos holdings.Pese a esta vasta trayectoria empresarial Garbarino cobró notoriedad cuando pasó a integrar parte del directorio de Carmitel SA, la empresa que en 1999 obtuvo la concesión para explotar el hotel casino Carrasco durante 30 años. La concesión incluye la explotación del hotel y servicios complementarios con excepción de los juegos de azar, que seguirán bajo control municipal.Casi dos años después, en mayo de 2001, la empresa anunció que comenzaba el reciclaje del viejo hotel y su entorno con una inversión inicial de unos 20 millones de dólares. En aquel entonces Carmitel informó que el casino abriría sus puertas en marzo de 2002 y que la refacción de las instalaciones estaría pronta en setiembre de ese año. Algo que más de cuatro años después aún no se concretó por falta de dinero.Las obras avanzaban mucho más lento de lo previsto hasta que el 15 de agosto de 2002 la concesionaria le informó a la Intendencia Municipal de Montevideo (IMM) que, debido a una renegociación del contrato con Saceem-Carcavallo (una firma subcontratada por Carmitel), se detendrían “momentáneamente”. Así pasaron los meses hasta que a principios de agosto de 2003 la comisión encargada de controlar el cumplimiento de la concesión se mostró muy inquieta: las obras seguían detenidas y en todo el edificio se respiraba un aire de abandono. La compañía argumentó que la paralización tuvo su origen en “dificultades financieras derivadas directamente del colapso financiero y bancario que ocurriera en nuestro país en los meses de junio y julio de 2002”. Por esa razón, negoció con la IMM la modificación del contrato original que incluyó una pesificación y una rebaja del 10 por ciento del canon anual que debe pagar Carmitel.Las modificaciones contractuales fueron aprobadas por el Tribunal de Cuentas (TCR) en julio de 2004, aunque el organismo de contralor alertó que Carmitel nunca presentó un estudio de factibilidad económica de su proyecto.Las obras siguieron paralizadas hasta marzo de 2005 y actualmente se realizan tareas de impermeabilización.El intendente de Montevideo, Ricardo Ehrlich, manifestó esta semana su preocupación porque es probable que el hotel no esté operativo para esta temporada turística, y dijo que la comuna le solicitó a Carmitel que presentara un aval financiero de sus obras.Ante la notoria inviabilidad económica visible desde hace años, Carmitel analiza, por estos días, venderle el 100 por ciento de las acciones a la empresa naviera Tsakos. La IMM sigue de cerca esta negociación y, en caso de que las dos empresas no lleguen a un acuerdo, no descarta rescindir el contrato con Carmitel (a lo que amagó varias veces) y hacer un nuevo llamado a licitación.A Garbarino –que ahora busca hacer negocios con el gobierno nacional en una de las inversiones más importantes después de la planta de celulosa de Botnia– nunca le fue bien en su relación económica con la IMM.Los mismos integrantes de Carmitel, en esta ocasión bajo la firma Abecar SA, fueron seleccionados para ejecutar el llamado Proyecto Navigator (una gigantesca sala de convenciones de 10 mil metros cuadrados) en el faro de Punta Carretas, el cual nunca llegó a concretarse debido a graves dificultades financieras.La IMM realizó, en 1997, un llamado a interesados para mejorar la zona de Punta Brava. Luego de muchas idas y venidas quedaron sólo dos empresas seleccionadas. Una de ellas, Mundo Marino, no se presentó, por lo que la otra, Abecar SA, corrió sola. Tras varias negociaciones se estableció un canon de unos 4 mil dólares mensuales que despertó la risa de muchos, porque la inversión total del proyecto ascendía a 14 millones de dólares y se estimaba que la empresa recaudaría cerca de 200 mil dólares por mes (véase BRECHA, 25-I-01).Poco después, el 30 de noviembre de 2000, un informe técnico del TCR revelaba varias irregularidades en la adjudicación del Proyecto Navigator. Entre otras cosas el TCR sostuvo que Abecar SA no acreditó su situación financiera ni tampoco los estados de situación patrimonial y que, además, la empresa carecía de patrimonio propio.
http://www.brecha.com.uy/ShowNews.asp?Topic=2&NewsID=2871&IdEdition=36

1 comentario:

Anónimo dijo...

Arana aparte de fundir los casinos entregar la intendencia a Adeom, le regalas a tu sobrino Pluna y una Zona Franca, no tenes verguenza.


http://plunacorrupcion.obolog.com/pluna-71332